Tanto la medición del perímetro torácico como el craneal son dos de las exploraciones que se realiza al bebé en el
momento del nacimiento y que se continua midiendo en las continuas revisiones.
Cuando el bebé nace, el perímetro torácico es menor que el craneal.
A medida que el bebé va creciendo al alcanzar los tres años sobrepasa al craneal.
El tórax del recién nacido suele ser de forma redondeada y se mide para obtener información sobre la capacidad torácica del bebé.
El perímetro torácico del niño y el del la niña suelen tener una pequeña diferencia en su tamaño, esto también ocurre con el perímetro craneal.
Estos datos siempre serán orientativos, pues todo dependerá de las características del recién nacido:
el perímetro torácico del niño es de 32’5 cm, el de la niña es de 32 cm.
¿Sabías qué información obtenemos con el perímetro craneal o cefálico?
Pues a través del perímetro craneal obtenemos información sobre la maduración neurológica central.
La medida del perímetro craneal se realiza desde su nacimiento y hasta los 3 o 5 meses de edad, siempre y cuando el bebé no
presente anomalías.
En caso se presentar anomalías la medición se realizará hasta los 4 o 5 años.
El patrón que nos guía para saber sí el crecimiento craneal está dentro de la normalidad, son las tablas estandarizadas.
La medición es realizada por el pediatra con una cinta métrica alrededor de la cabeza del niño.
¿Sabías cómo se produce el crecimiento del cráneo?
Entre los huesos del cráneo y las fontanelas hay unas suturas que en su interior están rellenas de tejido conjuntivo elástico y las fontanelas,
que son también porciones de tejido conjuntivo blando de una forma triangular y de romboide.
La fontanela se encuentra en los puntos donde contactan 3 o más huesos craneales.
Entre el perímetro craneal del niño y de la niña existe una diferencia, en los niños 35 cm y en las niñas 34’5 cm.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Bebés y Niños