Es común y frecuente que en verano las temperaturas se disparen y como consecuencia de ello, notamos más calor y sudamos más.
En verano estamos más tiempo expuestos al sol, por esa razón debemos cuidarnos para evitar deshidratarnos o sufrir algún golpe de calor.
Estar expuestos al sol hace que sudemos más con lo que perdemos hasta un 99% de agua y sales minerales.
Aunque sudar sea bueno porque eliminamos las toxinas que se van acumulando en nuestro organismo, cuando la perdida es excesiva debemos recuperarla
lo antes posible para que nuestra salud no se resienta.
Debemos beber agua mineral, al menos un litro y medio o dos litros al día, que podemos alternar con infusiones, y zumos naturales de frutas.
También debemos evitar estar expuestos al sol en las horas en las que el sol está más fuerte, no olvidarnos de protegernos la cabeza con una gorra, y
sobre todo un buen protector solar con factor de protección alto.
Tener en cuenta que antes de exponernos al sol tanto sí vamos a ir a la playa o al campo, hidratarnos bien por dentro.
Sí vamos a realizar algún deporte también debemos hidratarnos unas horas antes de realizar la actividad.
Siempre que salgamos a pasear durante el verano, no olvidarnos de llevar una botella de agua mineral.
Prestar atención tanto a los niños como a los ancianos y darles agua con frecuencia.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Pellizcos de salud