La habitación de los peques de la casa es el espacio en el que el niño-a dormirá y en situaciones en las que no se disponga de mucho espacio
será también su zona de juego y en el futuro de estudio.
Antes de decorar la habitación de los niños es importante elegir bien los colores con los que vamos a pintar las paredes.
No todos los colores transmiten la misma tranquilidad, y algunos colores oscuros pueden resultar estresantes, irritables,
y otros quitan luminosidad o claridad al ambiente.
Los colores claros como el blanco o el beig aportan luminosidad e imaginación.
Los tonos pasteles como el rosa, celeste, verde pálido, salmón, amarillo pálido, dan sensación de tranquilidad, alegría y frescura.
Además de la decoración de las paredes también debemos prestar atención a los muebles, cortinas y demás textiles.
Los muebles que conforman el espacio deben ser también preferentemente de tonalidades claras y será mejor elegir muebles versátiles, como por
ejemplo una cuna que pueda más adelante convertirse en una cama infantil.
El mueble bañera en el que bañamos al bebé que venga provisto de gavetas para utilizarlo como sifonier y guardar su ropita a medida que va creciendo.
En cuanto al mobiliario es importante que sean muebles seguros y homologados por la UNE.
También debemos tener en cuenta que los pomos estén sujetos para que no se suelten y que las esquinas de estos muebles sean redondeadas.
La ropa de cama deberá ser de tejidos naturales como el lino o el algodón ya que estos tejidos son más transpirables y más suaves.
Elige sábanas antiácaros para prevenir alergias.
Las cortinas, como el resto de la decoración, preferentemente de colores cálidos y que sean traslúcidas para aportar claridad al espacio.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Bebés y Niños