A medida que el niño va creciendo debe ir adquiriendo una serie de hábitos y rutinas
que le ayudarán a crecer tanto personalmente, como emocionalmente y afectivamente,
además de aportarle la seguridad necesaria para que su desarrollo sea óptimo y equilibrado.
Conjuntamente con los hábitos adquirirá autonomía, imprescindible para que vaya avanzando,
y poco a poco y logre hacer las cosas por sí solo.
Para que el niño adquiera estos hábitos se requiere una constancia por parte de la persona adulta
que está a su lado ayudándole en el aprendizaje, de las distintas rutinas entre las que se encuentran,
el control de esfínteres, comer solos, vestirse solos, dormir solos, las rutinas de los horarios,etc.
La persona adulta que acompaña al niño debe también cuidar su estado de ánimo,
ejercer de modelo para que el niño pueda imitar esos aprendizajes,
recordemos que los niños son como esponjas y en esa etapa lo captan todo.
Es importante animarle cuando haga algo bien, felicitarle por sus logros,
esto le ayudará a ir ganando confianza y seguridad.
Durante todo este proceso es muy importante la comunicación para que el niño sepa
lo que tiene que hacer y lo que logra con ello.
El niño debe saber también que junto a las rutinas están las normas estables que no
deben cambiar aunque él se oponga a las mismas.
Las normas que acompañan a los hábitos y rutinas deben ser llevadas a cabo y respetadas por todos,
incluso por parte de los adultos para servir de modelo a los pequeños en su aprendizaje.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Bebés y Niños