Cuando somos padres y sobre todo primerizos, solemos comparar el progreso de nuestros pequeños con otros pequeños de su misma edad hasta llegar a preocuparnos sí tarda más en
hablar que los otros pequeños.
Unos niños-as hablan más temprano que otros e incluso pueden expresarse con más claridad.
El niño desde los 0 a 6 años esta adquiriendo y desarrollando su lenguaje y el que unos lo hagan más rápido que otros se debe a las características de cada niño-a y a su ritmo de
aprendizaje.
Debemos tener en cuenta que en el desarrollo del lenguaje influyen varios factores: internos, externos o ambientales.
En un artículo anterior resaltamos la importancia de que el entorno que rodea al niño-a debe ser rico y estimulante ya que esto favorecerá más al niño-a en el proceso de la
comunicación.
En este artículo describimos algunos trastornos del lenguaje:
El mutismo: No se asocia a problemas fisiológicos y suele ser pasajero.
Algunos niños-as muestran mutismo ante situaciones desconocidas o nuevas para ellos como pueden ser los primeros días de incorporación a la escuela.
El mutismo es cuando el niño-a se encuentra ya en la edad para hablar con normalidad pero en ese momento en el que se espera que hable no lo hace.
Debe tratarse con normalidad sin insistir para que el niño-a hable, lo hará por sí solo cuando se vaya adaptando y sintiéndose integrado.
La dislalia: Son los errores que se cometen al articular los fonemas y el niño llega a sustituir unos fonemas por otros.
Son errores que se corresponden con el periodo evolutivo que el niño-a atraviesa hasta adquirir y desarrollar el lenguaje.
La tartamudez o disfemia: Se trata de un trastorno que impide la fluidez del habla. Debemos darle tiempo al niño-a para que termine la frase sin interrumpirle, ayudarle a relajarse
para comenzar a hablar.
Pedirle que hable tranquilo, que no se apure para hablar, animarle a hablar, darle conversación, y no es conveniente hacerle repetir palabras o frases.
– Debemos consultar con el pediatra cuando nos surjan dudas al notar que el niño-a va creciendo y algo en su lenguaje no marcha bien.
El pediatra nos indicará si se trata de un trastorno o una alteración grave o un simple retraso en el lenguaje, y nos remitirá a los profesionales adecuados.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Bebés y Niños