Con la llegada del Otoño hace su presencia este extraordinario
fruto de temporada, la castaña y es muy común ver por los campos reuniones
de familias recogiendo castañas.
La recogida de castañas es una actividad que a los pequeños de la casa les divierte mucho.
Las castañas están presentes durante el invierno siendo típicas verlas en la celebración
del día de Todos los Santos así como en Navidad.
El árbol que la produce es el castaño, el fruto se encuentra en el interior
de unas cápsulas rodeadas de espinas que se les denomina erizos y que debemos abrir
para obtener las castañas, cada erizo tiene alrededor de tres o cuatro castañas dependiendo
del tamaño que las castañas hayan alcanzado dentro del erizo.
En muchos pueblos de España durante el otoño se celebra la fiesta de la castañada después
de la recogida del fruto.
Las castañas pueden comerse de la forma que más resulte apetecible, crudas, asadas, cocinadas,
guisadas al horno, en puré, en almíbar, acompañando otros postres como tartas, bizcochos,
con helado, nata, o también acompañando platos de comida como pueden ser de carne o de pescado.
El olor característico que desprenden las castañas asadas inundan los paseos durante las tardes otoñales y en invierno.
A quién no le apetece un cucurucho de castañas asadas, calentitas.
De los frutos secos la castaña es uno de los que menos grasa tiene, lo que le convierte
en un alimento poco calórico y la energía que nos puede aportar es semejante al consumo
de pan, papas o arroz.
La castaña es rica en fibra y en nutrientes como los que a continuación redactamos:
Agua, fibra, proteínas, ácido fólico.
Hidratos de carbono, hierro, calcio, fósforo, potasio, magnesio, sodio, cinc, manganeso, selenio, cobre.
Vitaminas C, A, B1, B2, B3, B6.
Estos nutrientes cuando mejor los conserva es en crudo.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Nutrición y alimentos