Podemos sacarle bastante partido a los tomates confitados, para guisos, en ensaladas, acompañando carne a la plancha o al horno,
como guarnición para el pescado, o simplemente para degustarlo untado en pan bizcochado, o con queso.
Los tomates confitados podemos elaborarlos y conservarlos en botes de cristal que previamente hayamos esterilizado,
así podremos disponer de ellos en cualquier ocasión.
Bien pues para elaborar los tomates confitados debemos escoger tomates maduros, pero firmes,
que el color de la piel aún conserve el color rojo vivo y que la piel esté lisa.
Aunque en el mercado podemos encontrar tomates durante todo el año, la mejor época del tomate es en verano.
Ingredientes:
– Un kilo de tomates maduros pero firmes, sin golpes.
– 3 dientes de ajo con su piel.
– Unas ramas de tomillo fresco.
– Unas hojitas de orégano.
– Una cucharadita de azúcar.
– Una cucharadita de sal.
– Una pizca de pimienta blanca molida.
– Aceite de oliva virgen extra (3 cucharadas).
– Aceite de oliva virgen extra para la conserva.
Elaboración:
Extraemos la bandeja del horno y la forramos con papel de horno y reservamos.
Ponemos el horno a precalentar a una temperatura de 180º con calor arriba y abajo.
Comenzamos lavando bien los tomates, le quitamos la parte del tallo y en la parte inferior hacemos un corte superficial
en forma de cruz sobre la piel superficial sin llegar a pinchar el tomate.
Ponemos una olla al fuego con agua y dejamos que hierva.
Una vez que esté hirviendo ponemos los tomates dentro a escaldar y mantenemos así entre 10 y 20 segundos.
Retiramos del fuego y pasamos los tomates a otra olla que tengamos con agua fría para refrescarlos.
Vamos quitándole la piel, observaremos que se desprende fácilmente.
Una vez pelados, partimos los tomates por la mitad.
Colocamos los tomates en la bandeja del horno.
Cogemos los dientes de ajo y sin quitarles la piel los aplastamos.
Ponemos los dientes de ajo en la bandeja junto a los tomates y unas ramitas de tomillo.
Espolvoreamos por encima de los tomates la sal , el azúcar, el orégano, la pimienta blanca molida y aliñamos con las cucharaditas de aceite de oliva.
Bajamos la temperatura del horno a 80º , introducimos la bandeja con los tomates y horneamos durante 80 minutos aproximadamente.
Transcurrido el tiempo retiramos la bandeja del horno y dejamos que los tomates se enfríen.
Una vez que se hayan enfriado los ponemos en un recipiente y lo cubrimos con aceite de oliva y los dientes de ajo sin piel.
Guardamos en la nevera para mejor conservación e ir consumiéndolos, en la nevera aguanta unas semanas.
También podemos guardarlos a modo de conserva en recipientes de cristal previamente esterilizados.
Imágenes / Tere.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Recetas y más