La menta es una planta aromática y legendaria pues fue una planta muy utilizada y apreciada tanto por la civilización Griega como la Romana.
En esos tiempos la menta era utilizada para perfumar las casas, para darse baños y también para alivio de afecciones estomacales.
Su nombre científico es (Mentha X Piperita) y posee propiedades digestivas, antiespasmódicas, antivomitivas.
Las infusiones de menta favorecen el proceso de la digestión pues contribuye a aumentar las secreciones digestivas.
La infusión de menta alivia los cólicos, náuseas y flatulencias.
Además de las propiedades digestivas la menta posee otras propiedades y usos como los que citamos a continuación:
– Relajante.
– Antitusivo.
– Mucolítico.
– Antiinflamatoria.
– Astringente.
– Analgésica.
– Descongestionante.
– Estimulante para el apetito.
Usos de la menta:
– Como elixir para combatir el mal aliento.
– Para la sequedad bucal.
– Para molestias bucales.
– Hacer cataplasma con aceite esencial de menta y un poco de agua en un paño y aplicar en casos de dolores de cabeza, dolores musculares, dolor de cuello y espalda.
Para casos de digestiones pesadas, tomar una infusión de menta después de comer nos ayudará a hacer una buena digestión.
Para preparar una infusión de menta solo debemos seguir estos sencillos pasos:
Ingredientes:
– Una cucharada de hojas de menta.
– Una taza de agua.
– Azúcar morena, estevia o una cucharadita de miel.
Preparación:
– Ponemos el agua a hervir.
– Cuando comience a hervir añadimos la cucharada de menta.
– Retiramos del fuego y dejamos reposar la infusión tapada unos 8 o 10 minutos.
– Colamos la infusión.
Es aconsejable tomarla después de comer y no más de dos vasos al día, ya que su consumo en exceso puede resultar irritante.
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Escrito por Tere en Pellizcos de salud