El día de Reyes ha llegado a su fín así como las Navidades. Personalmente debo confensar que siempre me entristece cuando llega este momento y me da pereza volver a la rutina.

Sí te ha quedado Roscón de Reyes y quieres aprovecharlo antes de que se estropee, una buena idea es recurrir a hacer con esos restos un exquisito puding. Es una receta fácil de elaborar y verás como no sobrará nada. ¿Te animas a prepararlo?.

Ingredientes: Las sobras del roscón (unos 150 gramos, aproximadamente unas seis rodajas) medio litro de leche, 4 huevos, 100 gramos de azúcar, una manzana tipo golden, caramelo líquido para caramelizar el molde, una cucharadita de canela en polvo,

Preparación: En un cazo ponemos la mitad de la leche a calentar con el azúcar y la canela. Cuando hierva la leche se la añadimos a las rodajas del Roscón que previamente habíamos cortado. Dejamos que se empape bien con la leche. Batimos bien los cuatro huevos y los añadimos a la mitad de la leche que teníamos reservada. Cogemos el molde que vamos a utilizar y ponemos caramelo en el fondo. Lavamos, pelamos la manzana, la cortamos en gajitos finos y la ponemos encima del caramelo, en el fondo del molde. Luego añadimos el resto de los ingredientes: el roscón empapado en la leche y los huevos que habíamos batido y mezclado con la leche.

Ponemos a precalentar el horno y una vez caliente, ponemos a cocinar el puding al baño María a unos 180º C durante 45 minutos. Transcurrido este tiempo introducimos un palillo para comprobar sí ya está cuajado. Será señal de que ya está cocinado cuando el palillo salga limpio. Una vez cocinado, desmódalo y puedes presentarlo con nata, miel, o un chorrtio de chocolate caliente. El puding puede comerse tanto frío como caliente, dependerá del gusto de cada consumidor.

Sí deseas hacer un puding mayor, puedes añadir masa brioche, croissans y en función de esto varias las cantidades de los ingredientes.